lunes, 7 de marzo de 2011

Sí, todos los lindos son tarados.

Todas alguna vez nos reímos del novio feo de una amiga. Es inevitable. Le ponemos apodos, que si es así, que si es asá, etc. En mis 20 años de vida, por desgracia, descubrí una verdad que todas las madres nos dicen, y todas nosotras negamos: Sí, todos los lindos son tarados. Son tarados posiblemente a consecuencia del bestial ego que, Dios sabrá en qué parte del cerebro se aloja, aparentemente se infla y les empuja otras neuronas e impide la sinapsis nerviosa. Es así que después, estos clásicos carilindos se convierten en una foto divina para un cuadro, pero en un pésimo compañero de charlas. Y llegan esos momentos en los que una espera que suene el timbre, ansiosa, híper producida (pero siempre de manera que parezca natural – no sea cosa que se den cuenta que nos ponemos divinas para ellos y les alimentemos más el ego y se pongan todavía más tarados, desafiando así a todas las leyes de la naturaleza) mirándose en el espejo cada cinco segundos porque tenemos que estar perfectas porque él es tan lindo que no hay que desaprovechar la oportunidad, obnubiladas…  y suena el timbre y una baja, chocha de la vida, lo mira, se admira, y sonríe con esa sonrisa llena de dientes, divina, y abre la boca seductoramente… y la caga. Y una siente cómo en su interior la ilusión revienta y trata de que en la cara no se le note mucho. Y como estos entes tienen un ego colosal y no se dan cuenta de que lo que dicen son pelotudeces a la enésima potencia, y asumen que, en rigor, están diciendo cosas tan profundas que una tiene una epifanía tras otra, no se callan. Y hablan, y hablan, y hablan. Y pasa la tarde entera, y a nosotras nos duelen los cachetes de forzar la sonrisa y torcer tiernamente la cabeza mientras reza por dentro que el muchacho en cuestión se calle. Y el pensamiento clásico es “Callate, te pido por Dios que te calles. Callate y dame un beso. Te elegí por lindo, no por inteligente, porque sí, de vez en cuando soy frívola. Así que callate, por Dios callate”.

Y claro, después llega ese momento en el que una, por un poco de amor propio y por la necesidad  de lucir un trofeo ante la sociedad, (porque a quién no la cargaron por fea en el secundario y ahora quiere tomarse la revancha diciendo “miren qué lindo el chico con el que salgo, ja! Y viste, vos me decías fea”) sigue saliendo con este ser hablante de pelotudeces crónicas  y el señor comienza a introducirse en nuestras vidas. Y conoce a nuestras amigas, y como, como se ha dicho antes, su ego es como un gremlin, y no hay que alimentarlo por la noche (o algo así) y claramente nosotras batimos esa regla, creando un monstruo, llega el cénit de su idiotez: se chamuya a nuestra amiga. Pero no se chamuya a esa amiga con la que te llevás bien, pero que solamente te acompaña al shopping a ver una película de terror y después “si te he visto no me acuerdo”. No, el muy pantriste se chamuya a tu mejor amiga, a la que te ve en bolas cuando salís de bañarte, a la que te vio quebrar esa única vez que estabas en pedo, a la que se ríe imitando el sonido de una foca, a la que comparte drogas con una para mantenerse despierta cerca de los finales, en fin, a esa amiga íntima que no es amiga y que es hermana. Ahora, honestamente, me pregunto yo si nunca jamás pasó por su cabeza que todo aquello que digan será repetido y todo aquello que digan será copypasteado. ¿Tan difícil es? ¿En serio pensaron que una no iba a leer y/o escuchar todas las olímpicas boludeces que dicen? Por si no alcanza con que una escuche su miscelánea de boludeces, van y se lo dicen a la mejor amiga, cosa que una tenga que releerlas.

Y es el momento de la epifanía. La luz se termina de prender en nuestro cerebro y lo entendemos: “Cuando tus 25 centímetros de monólogos inconexos en el msn no eran suficiente, venís y la rematás así. Gracias, gracias por seguir sorprendiéndome”.  No, si claramente eso de que la sorpresa es el factor crucial en las relaciones lo tiene que haber dicho alguno de estos especímenes descerebrados.

En fin, la cosa es que esas amigas con novios feos fueron mucho más vivas que nosotras. ¿O por qué es tan frecuente ver lindas con feos por la calle? Porque los clásicos carilindos, no garpan. Lo físico importa un poco, es decir, la belleza depende del cristal con que se mira, y la verdad es que mi cristal está empañado, y por tanto, dejé de fijarme en eso. Me voy a dedicar a escuchar lo que tienen que decir antes de tomar cualquier decisión. Creo que todas deberíamos hacerlo. Ya no pasa por el “me lastima, no me lastima”. Ahora es una cuestión de evitar que se generen cantidades colosales de ira en mi ser, porque eventualmente voy a terminar matando a alguien. Porque sí, la estupidez humana me irrita sobremanera. Y sí, todos los lindos son tarados.

4 comentarios:

  1. "a la que comparte drogas con una para mantenerse despierta cerca de los finales"
    ME SENTI TOCADA
    JAJAJAJAJAJJAJAJAJAJJAJA
    te amo amiga mejor, no a los chicos a los que les faltan partes. Como un cerebro, claro

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  2. JAJAJAJAJAJAJAJA CLARO. Te amo, yegua. (Coti)

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  3. SOS UNA GENIA HIJA!!!!!
    E S P E C T A C U L A R !!!!!

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  4. Martu Pagura escribio: IMPECABLES!!! VOY A CREAR EL COTY´S FAN CLUB!!!!♥

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